Llevo años dedicándome a la Biodanza. No como un hobby, no como un “extra”, sino como mi medio de vida, mi camino, mi recurso para crecer y para ofrecer algo al mundo.

Gracias a esta formación he podido trabajar en distintos ámbitos: con grupos regulares, en instituciones, con asociaciones, en empresas privadas… Y cada vez me convenzo más de algo: la Biodanza se necesita. Mucho.

Vivimos en una sociedad que pide a gritos espacios de encuentro humano, de salud emocional, de creatividad, de alegría compartida. Y la Biodanza llega justo allí donde los libros, las charlas o las técnicas se quedan cortas.

No es solo una intuición ni una “sensación bonita”. La Biodanza está presente en universidades, proyectos de investigación, programas de salud pública y organizaciones de todo tipo. Hay estudios científicos que avalan sus beneficios en bienestar, en cohesión social, en  rendimiento académico, en salud mental…

Cuando hablo de la formación en Biodanza, no me refiero solo a un proceso de desarrollo personal (que lo es, y muy profundo). Hablo de , 

una herramienta profesional de gran valor para completar tu carrera

sea cual sea: psicología, medicina, educación, trabajo social, terapia ocupacional, coaching, artes escénicas, docencia…

si quieres abrir un nuevo camino, esta formación te permite ejercer como facilitador/a:

·Crear tus propios grupos regulares.

·Desarrollar proyectos en instituciones y empresas

·Diseñar iniciativas sociales que transforman vidas

Lo que aprendes aquí no se queda en teoría, ni en apuntes, ni en un diploma colgado en la pared. Se vive, se integra y se comparte.

Yo soy testigo. Y si estás leyendo esto, puede que sea porque a ti también te llama.

La Escuela Vitálida abre sus puertas.
Quizás este sea tu momento de transformar tu vida y tu carrera.

El próximo 12, 13 y 14 de septiembre empieza la formación en la Escuela de Biodanza Vitálida, sigue leyendo si quieres transformar tu vida y tu profesión.