Vivimos en una sociedad que a menudo coloca otras cosas en el centro: el trabajo, la prisa, el consumo, la apariencia. 

Nos acostumbramos a girar alrededor de esos ejes, como si fueran inevitables.

¿Qué ocurre cuando decidimos poner la vida misma en el centro?

Rolando Toro, creador de la Biodanza, llamó a esta mirada principio biocéntrico: la idea de que la vida —en todas sus formas— es el valor fundamental a partir del cual orientar nuestras elecciones.

Y cuando lo llevamos a lo cotidiano, esto se vuelve muy concreto:

1. Elegir cuidar las relaciones que nos hacen bien.
2. Darnos espacio para descansar y disfrutar.
3. Escuchar lo que nuestro cuerpo necesita.
4. Buscar proyectos que tengan sentido y aporten al mundo, más allá del beneficio inmediato.

Poner la vida en el centro no es una teoría abstracta, es un criterio que puede transformar nuestro día a día. 

Nos recuerda que cada decisión —pequeña o grande— puede estar guiada por el cuidado, el afecto y la coherencia con lo que realmente somos.

Este es el camino que hemos empezado en la Escuela Vitálida

Un viaje en el que aprender se convierte en vivir, y donde cada módulo es una invitación a recuperar lo esencial: la alegría y responsabilidad de estar vivos.

Si quieres poner la vida en el centro con la Escuela Vitálida

El segundo módulo de la formación será en Olba (Teruel), dentro de casi dos semanas. El próximo 3, 4 y 5 de octubre de 2025.

Aún puedes sumarte a este camino y formar parte de un grupo que crece con cada encuentro.

El próximo 3, 4 y 5 de octubre continúa la formación en la Escuela de Biodanza Vitálida, sigue leyendo si quieres realmente poner tu vida en el centro.